REAL HERMANDAD DE NUESTRA SEÑORA DE VALVERDE

Historia del Santuario y de la Virgen de Valverde de Fuencarral

La leyenda fecha la aparición de Nuestra Señora de Valverde el 25 de abril de 1242. Es evidente que durante la invasión musulmana sufrieron saqueo los templos cristianos, por lo que debió ser común que los habitantes de las zonas conquistadas ocultaran los símbolos sagrados de su religión. Con respecto a la Virgen de Valverde se apuntan varias hipótesis que no ha sido posible confirmar por la escasez de documentos de la época. Puede que fuera ocultada mientras se enfrentaban los ejércitos segoviano y madrileño, en tiempos de Fernando III el Santo. O que los vecinos del lugar donde se alzaba la supuesta ermita pusieran a buen recaudo la escultura para evitar sacrilegios.

A las afueras de Fuencarral, en el sitio llamado Cuesta del Cuervo, acostumbraban los pastores a reunirse para charlar de sus asuntos en la confianza de que los perros vigilaban atentamente los rebaños. Transcurría la mañana entre el sosiego y el aburrimiento, entreteniendo los minutos con zatos y queso de oveja, manjar preciado por los pastores. El 25 de abril amaneció teñido de azul y las piedras brillaban más que de costumbre..

Debió ser al mediodía cuando un halo envolvió las retamas de la Cuesta del Cuervo, provocando un resplandor que alarmó a los pastores. De pronto, la Virgen surgió de la nada y deslumbró a los presentes. Ladraron los canes, revolotearon los pájaros y los hombres se arrodillaron para recuperar el aliento. Un pastor se aproximó a la Virgen y dio fe de que no era un sueño. Corrieron en busca de los vecinos para que todo el mundo fuese testigo de la aparición. Las campanas de la iglesia avisaron a las gentes y en instantes se decidió acudir en peregrinación hacia el lugar indicado. Cuando llegaron al punto exacto, la imagen de la Virgen se mostraba en todo su esplendor, gesto que fue interpretado como un deseo de agradar a los vecinos. Se celebró así, por primera vez, el homenaje del pueblo a la Virgen de Valverde, llevándola a hombros hasta la iglesia.

Días después algún vecino dio la voz de alarma. La imagen de la Virgen había desaparecido de la iglesia y la primera sospecha fue pensar en el hurto. Se armaron los hombres y salieron en busca de los ladrones, y en la Cuesta del Cuervo la hallaron de nuevo, en el mismo lugar donde apareció por primera vez.

Regresó la Virgen a la iglesia custodiada por los vecinos y se establecieron turnos de vigilancia, lo que resultó inútil ya que esta vez la imagen desapareció sin que nadie hubiera entrado al templo, que en todo momento permaneció a la vista de los fieles.

Dicen que al alba la imagen fue hasta la retama donde se había aparecido y se apostó en el lugar rodeada de una nube. Entonces entendieron los habitantes que aquel punto era el escogido como morada y se aprestaron a elevar un altar que al poco tiempo fue transformado en ermita.

Las primeras noticias acerca de la construcción de la ermita se refieren al momento de la aparición de la Virgen. Los vecinos de Fuencarral comenzaron a construir en 1429 una ermita en el lugar donde había aparecido la imagen,2 que se encontraba a unos dos kilómetros del pueblo.3 Según la leyenda, durante la construcción del templo, brotó del lugar donde se había realizado el hallazgo una fuente que sanaba a quien bebía de sus aguas. Sin embargo, tras el fin de la construcción, las aguas dejaron de manar. Esa es la razón por la que en el interior de la ermita, en el pasillo central, existe un pozo octogonal, recubierto de mármol en su parte exterior y de ladrillo en su interior.

Sobre él, una inscripción con la leyenda «Sitio y lugar donde se apareció la Santísima y Milagrosa Ymagen de Nuestra Señora de Balverde sobre una retama el 25 de abril de 1242».2 El relato de cómo se aparece la imagen de la virgen de Valverde, sus desapariciones nocturnas, la decisión de construir la ermita, la falta de agua y el milagro del pozo aparecen relatados en un «códice» impreso en 1798, copia de uno anterior.4

En 1588, el rey Felipe II, que se encontraba preparando la expedición contra Inglaterra, hizo que la imagen de la Virgen de Valverde fuese llevada en procesión a Madrid para rogar por el éxito de la Gran Armada. El propio rey acompañó de vuelta a la imagen de la virgen a la ermita.5 Era el inicio de la relación entre la corona y los vecinos de Fuencarral, cuyo concejo solicitó al rey, en 1595, que aceptase el patronato de la ermita, así diversos donativos, tanto en tierras (cincuenta fanegas) como en metálico, con la condición de que erigiese un monasterio junto a la ermita. El rey Felipe II aceptó las condiciones y se convirtió en patrón de la ermita.2

Sin embargo, apenas un año después, la corona cedió el patronato de la ermita de Valverde a Juan Ruiz de Velasco, secretario del rey, y a su esposa, Isabel Nevares de Santoyo, no solo de la ermita y su finca, sino también del «monasterio que allí han de hacer fundar y edificar». Lo más probable es que la cesión del patronato a los Velasco estuviese ya contemplada cuando los vecinos de Fuencarral hicieron entrega del patronato de la ermita al rey.6 Los nuevos patronos tendrían la gestión de la ermita y la finca, pero no serían sus propietarios, con lo que no podría enajenarlos y se comprometían al mantenimiento de la ermita y el convento, que fue entregado a los dominicos6 (concretamente a los «frailes Recoletos de la Orden de Santo Domingo», en relación a la estricta observancia de los monjes que habitaron el convento de Valverde).6 En 1597, el archiduque Alberto de Austria, arzobispo de Toledo, otorgó la licencia para la fundación del nuevo monasterio. El responsable de la edificación fue Francisco de Mora, discípulo de Juan de Herrera.2 En 1641, al morir sin descendencia un hijo natural de Juan Ruiz de Velasco, los dominicos se convirtieron en patronos de hecho de la ermita y su extenso predio, el cual, gracias a las donaciones de los devotos de la virgen de Valverde llegó a alcanzar 200 hectáreas, no solo en las inmediaciones de la ermita sino en lugares tan distantes como Guadalajara o La Granja.2 El monasterio adoptó el nombre de Jesús María de Valverde.3

En 1723, el asentista navarro Juan Bautista de Iturralde y Gamio (cuyo confesor, el padre Pedro de Ayala, era un religioso dominico)7 solicitó la cesión de terreno para edificar una residencia en la que alojarse durante cortos espacios de tiempo. Concedido el permiso, los Iturralde procedieron a construir un pequeño palacio.2 Se trataba de una casa de aire baztanés (de donde procedía Iturralde) de cuatro alturas: un semisótano, dos plantas y bajo cubierta. El edificio tenía un jardín y un pasadizo que daba acceso directo a la iglesia, en la que los Iturralde poseían una tribuna desde donde seguir los oficios7 (Iturralde obtuvo, en 1739, el título de marqués de Murillo, razón por la cual la casa-palacio se destinó como palacio de los marqueses de Murillo). Durante toda la primera mitad del siglo XVIII, la comunidad dominica acometió, con la financiación de los Iturralde, una completa transformación del recinto: entre 1716 y 1720, se reconstruyó la ermita (que en el dintel de su puerta principal muestra la fecha 1720), se abrió una capilla octogonal para la Virgen del Rosario en el monasterio, se construyó una capilla bajo la advocación de la Virgen de la Guía, se acometió el cierre del perímetro con la erección de una portada monumental de granito, se construyó una sala capitular y una sacristía, en donde fueron enterrados los Iturralde, un campanario, capillas nuevas, un retablo churrigueresco, así como ornamentos, vestiduras litúrgicas, tallas…7

El santuario sufrió daños durante la Guerra de la Independencia. Tropas francesas se alojaron en el convento en 1808 y se llevaron con ellos ropajes y mobiliario cuando hubieron de concentrarse en Madrid tras la derrota de Bailén. En 1809 fueron suprimidos los conventos, y los monjes abandonaron Valverde. El convento pasó a manos del Estado, y fue vendido a Federico Crossat, un «pagador de los ejércitos franceses». Crossat mantuvo la iglesia, en la que se seguía celebrando el culto, y planeó convertir el santuario en una mansión, manteniendo las edificaciones. Sin embargo, partidas de guerrilleros atacaron y saquearon el santuario, propiedad de un francés. El retorno de Fernando VII hizo que la propiedad del santuario volviese a los dominicos.8 Con la desamortización se completó la decadencia del conjunto. Al producirse, en 1836,9 la exclaustración de los dominicos que ocupaban el monasterio, se inició un pleito que enfrentó a los vecinos de Fuencarral con los descendientes de los Velasco, y que duraría hasta finales del siglo XX. Al ser expulsados los frailes, el pueblo de Fuencarral solicitó hacerse cargo del santuario. En 1863 el pueblo fue reconocido como propietario. Sin embargo, en 1867, Rafael Reinoso, esposo de Dolores Muñoz, marquesa de Pico de Velasco, que descendía de los antiguos patronos, los Velasco, solicitó a la reina Isabel II la reversión del santuario y sus tierras, lo que le fue concedido en 1873.2 En 1885, el marqués trató de derribar la ermita, pero la oposición del ayuntamiento fuencarraleño se lo impidió.2 Los pleitos entre el ayuntamiento y los Reinoso continuaron, y en 1918 la Audiencia Territorial de Madrid confirmó la reversión del patronato en beneficio de la familia Reinoso. Durante la Guerra Civil, una unidad de las Brigadas Internacionales cañoneó la torre del santuario, derribándola.2 En 1950, el municipio de Fuencarral desaparecía, siendo anexionado por el de Madrid. A finales de los cincuenta, el santuario se convirtió en cuartel de Sanidad, lo que aceleró su degradación.2 En 1977 se incoó un expediente de declaración de monumento histórico-artístico (en la actualidad bien de interés cultural). A pesar de ello, los propietarios trataron varias veces de derribar las edificaciones del conjunto, lo que fue impedido por la presión vecinal.

El 4 de abril de 1990 el arzobispo de Madrid, Ángel Suquía,10 otorgaba decreto de erección canónica a la iniciativa de un grupo de fieles de Fuencarral: la Hermandad de Nuestra Señora de Valverde. Además de los fines puramente religiosos, tenían el objetivo de que la propiedad del santuario pasase al pueblo, sin conseguir que la familia Reinoso y resto de propietarios accediesen a ello. En 2000, se consiguió finalmente que los terrenos del santuario pasasen a propiedad municipal. A tal efecto, dichos terrenos fueron integrados en la operación urbanística del PAU de Monte Carmelo. Los propietarios permutaron los terrenos por otros en los PAU de Monte Carmelo y Las Tablas. El santuario y el terreno circundante pasaron a ser suelo dotacional, propiedad del Ayuntamiento de Madrid.2 En 2004, el ayuntamiento abordó la restauración del conjunto monumental, que se encontraba en un estado casi ruinoso. El antiguo monasterio fue destinado a equipamiento público.11

Las fiestas en honor a Nuestra Señora de Valverde se celebran cada 25 de abril, y duran nueve días.12 El día 25, la imagen de la virgen de Valverde se lleva en procesión a la iglesia parroquial de San Miguel, en Fuencarral. Allí permanece la imagen hasta su retorno al santuario, el 3 de mayo.13 En su honor cantan canciones como la que sigue:14

Despiértate Fuencarral
que toca a diana el gaitero
y las campanas ya lanzan
el primer repiqueteo

Y a Valverde, que es san Marcos;
las campanas van al vuelo
y la música viene
tocando por todo el pueblo.

 Coincidiendo con las fiestas, en 2013, la ermita fue declarada «santuario mariano diocesano», paso previo para convertirse en basílica.12

(Información e historia consultada por internet)

REFERENCIAS

  1. Delclaux, Sanabria, p. 69.
  2. Fraguas, Rafael (5 de junio de 2000). «Fin de un pleito de 500 años». El País(Madrid). Consultado el 2 de octubre de 2014.
  3. Salvador y Conde, 1991, p. 231.
  4. «Ermita de Nuestra Señora de Valverde. Por qué y cómo se construyó la ermita». Comisión de Fiestas de Fuencarral.
  5. Delclaux, Sanabria, p. 70.
  6. «Los dominicos en Valverde». Comisión de Fiestas de Fuencarral. Consultado el 6 de octubre de 2014.
  7. Cruz Mundet, 2012, p. 216.
  8. Salvador y Conde, 1991, pp. 231-232.
  9. Salvador y Conde, 1991, p. 595.
  10. «La hermandad». Hermandad de Nuestra Señora de Valverde. Consultado el 6 de octubre de 2014.
  11. «Finalizada la restauración del Santuario de Valverde destinado a Centro de Jóvenes y Aula de Naturaleza». Ayuntamiento de Madrid. 15 de diciembre de 2004. Consultado el 5 de octubre de 2014.
  12. «La Ermita de Valverde de Fuencarral declarada “Santuario Mariano Diocesano”». ABC(Madrid). EFE. 25 de abril de 2013. Consultado el 2 de octubre de 2014.
  13. «Tríptico de las fiestas de Nuestra Señora de Valverde 2012». Hermandad de Nuestra Señora de Valverde. Consultado el 6 de octubre de 2014.
  14. Delclaux, Sanabria, p. 71.

 BIBLIOGRAFÍA

  • Cruz Mundet, José Ramón (enero-abril de 2012). «Juan Bautista de Iturralde y Gamio: un asentista navarro en la corte de Felipe V». Príncipe de Viana(Gobierno de Navarra) (255).
  • Delclaux, Federico; Sanabria, José María (1991). Santuarios marianos de Madrid. Encuentro. ISBN8474902649.
  • Salvador y Conde, José (1991). Historia de la Provincia Dominicana de España: De 1800 a la exclaustración. Editorial San Esteban. ISBN8487557104.
  • Martín de la fuente, José (2015). El santuario de Ntra. Sra. de Valverde y Fuencarral (siglos XIII-XVIII). Editorial tritoma.